jueves, 1 de noviembre de 2018

EL DIABLO QUE ME AMÓ

En tiempos de guerra no hay vencedores ni vencidos, todos salimos mal heridos.

Cuando pienso en él, de hielo se cubren mis venas. 
¿Acaso lo quise? Creo que no y si ocurrió alguna vez fue por la fiebre.
En este ahora, él, solo es el recuerdo de la pesadilla, pero quiero creer que su presencia fue el destino, mi destino ya premeditado para que yo evolucionara y cambiara el rumbo de mi vida, de no ser así, no tendría sentido el dolor sufrido.
¿Acaso fue un pacto de almas antes de llegar a este mundo?
Puedo asegurar que él, no era mi alma gemela, pero sí un ser violento, sádico, cruel y destructivo y a la vez encantador, enigmático, carismático y dotado  de una inteligencia superior, que sacudió mi vida de una forma terrible.
¿Acaso lo amé? No, solo fue una locura.
Aún recuerdo cuando una noche me confesó, que estando dormido despertó sobresaltado y vio al demonio a los pies de su cama y que, por largo rato estuvo allí de pie observándolo, mientras él contemplaba su aspecto diabólico. 
¿Por qué me contó su encuentro con el diablo? ¿Acaso trataba de avisarme de algo...?
Mientras escuchaba su relato, él buscó mi mirada y en un instante fugaz, vi en sus ojos que algo demoníaco habitaba en él, pero con astucia él sonrió y su encanto personal me hipnotizó y pensé que mi imaginación me hacía ver cosas que no eran reales.

El epitafio que tal vez yo escribí antes de nacer, de un camino sencillo, había llegado a su fin y el hastío que me impedía cerrar la puerta a mi presente, estalló cuando el pacto se hizo presente y él apareció abriendo la puerta al lado oscuro. 
Pues sin remedio, su ímpetu, domino, locura y pasión invadieron mi mundo para cerrar las paginas de un libro, que a pesar mío yo había elegido.
Pero para cambiar mi rumbo, el mal, estuvo presente en mi vida por un periodo de tiempo atroz, suspendido en el limbo de un infierno bestial que decía amarme y en realidad así era, él me amaba. 
Pero su amor martirizó mi esencia para que yo cerrara capítulos y volviera a nacer. Y así sucedió, por él cerré el capitulo más importante de mi vida hasta ese momento, aunque la culpa siguió atormentándome mucho tiempo, mientras el dolor que él me infringía parecía gustarme. Luego en la noche mientras dormía, mi alma se rebelaba por el trato sufrido y apelaba a mi cordura para salir de aquel infierno, pero no era tan fácil escapar, estaba atada de pies y manos. 
Hasta que por fin, una noche, la luz llegó a mi ser y el verdadero aspecto de mi enamorado apareció ante mí y lo vi tal cual era, vi su forma real, estaba envuelto en llamas y una parte de su rostro estaba desfigurado y mientras se acercaba a mí, abrió la boca y me escupió fuego intentando quemar mi cara. Sentí como el calor del fuego rozaba mi rostro y percibí como la maldad que habitaba en su interior quería destruirme. 

Abrí los ojos y hui de él y de su infierno.

Hoy pienso que él llegó a mi vida para que yo cambiara de vida e iniciara un camino distinto y así lo hice...
Pero también estoy segura, que él, en algún momento de su vida, olvidó quién era, vendió su alma y se convirtió en diablo.
  ©BT

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