me mira casi hipnotizado.
Se acerca más a mí buscando mil caricias.
Abre su boca para hablarme,
pero prefiere callar
y entorna los ojos
mientras posa su cabeza en mis manos.
Lentamente mis dedos se hunden en su pelo
y un gemido de placer se le escapa.
Los latidos de su corazón se aceleran
y se alza embelesado para enredarse en mi cabello.
Luego, subyugado, busca mi mirada
y en sus ojos intuyo secretos escondidos que solo él sabe.
Me ama tanto que babea.
De repente no se puede contener
e hinca sus dientes en mi mano, mordiéndome,
satisfecho pega un salto
y se va con el rabo en alto
mientras ronronea.
PD: Así me demuestra mi gato el afecto que me tiene... También caza moscas.
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